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Dos Amigos, Un Legado: La Contribución de Emilio Rodríguez Demorizi y Vetilio Alfau Durán a la Historia Dominicana

El pasado 10 de septiembre de 2024, se inauguró la Biblioteca y la Sala de Conferencias dedicadas a los historiadores Emilio Rodríguez Demorizi y Vetilio Alfau Durán en el Museo Nacional de Historia y Geografía. Este evento, que fue presidido por la Ministra de Cultura Milagros Germán junto al Director General de Museos Sr. Carlos Andújar y el Director del Museo de Historia y Geografía Sr. José Guerrero, fue un homenaje apropiado a dos de los historiadores más relevantes del siglo XX en la República Dominicana.

En su intervención, el historiador Orlando Inoa destacó la profunda amistad que unió a Emilio y Vetilio a lo largo de sus vidas. Ambos, originarios de provincias, iniciaron su camino académico en busca de oportunidades que sus localidades no ofrecían. Emilio, nacido en 1904 en Sánchez, se trasladó primero a Puerto Plata y luego a La Vega, donde finalizó su bachillerato. Vetilio, por su parte, nació en 1909 en Higüey y se mudó a la capital a una edad temprana para cursar sus estudios en el Colegio Santo Tomás.

La pasión por la historia dominicana unió a estos dos amigos desde su juventud. Emilio comenzó su carrera historiográfica a los 23 años al publicar su primer artículo en 1927, mientras que Vetilio destacó aún más joven, contribuyendo a la prensa desde los 16 años. Durante la década de 1930, establecieron una fluida correspondencia, reflejo de su creciente complicidad intelectual y profesional.

A medida que avanzaba el tiempo, ambos se involucraron en la Academia Dominicana de la Historia, donde sus contribuciones mutuas se volvieron significativas. En sus respectivos roles, sirvieron en distintos momentos como miembros de la Academia, donde desarrollaron sus carreras académicas en paralelo. A pesar de recorrer caminos distintos en el ámbito profesional, su amistad se fortaleció y mantuvo a lo largo de los años, siendo constantes sus interacciones y colaboraciones en proyectos históricos.

Inoa también relató las trayectorias profesionales de cada uno, reflejando cómo Emilio se destacó en la burocracia estatal y la diplomacia, mientras que Vetilio se mantenía activo en su localidad natal hasta ser convencido por Emilio de mudarse a la capital. Allí, ambos ampliaron su influencia en la historia dominicana. La comunicación entre ellos era constante, con llamadas regulares que reflejaban una relación fraterna y colaborativa.

La amistad que cultivaron se volvió un símbolo de unión y compromiso en tiempos de turbulencia política. Tras la caída de la dictadura de Trujillo, ambos amigos fueron convidados a formar parte de la Comisión oficial para la celebración del Centenario de la Restauración, lo que cimentó aún más su legado compartido.

A pesar de su renombre, Emilio y Vetilio mostraron una notable humildad ante el reconocimiento, rechazando inicialmente un homenaje en 1982. Sin embargo, tras muchas gestiones, ambos finalmente aceptaron ser homenajeados, lo que culminó en la develación de placas en el museo que llevan sus nombres.

El conferencista concluyó enfatizando la importancia de recordar y valorar la contribución de estos dos grandes historiadores a la cultura dominicana, sugiriendo que su obra literaria y sus artículos dispersos sean recopilados para honrar su legado.

La conferencia del historiador Orlando Inoa no solo celebró la amistad entre Emilio Rodríguez Demorizi y Vetilio Alfau, sino que también subrayó la necesidad de reconocer el impacto que tuvieron en la historiografía dominicana y en la construcción de valores en la sociedad actual.

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