En el mes de febrero, cuando celebramos la identidad nacional y el orgullo de ser dominicanos, es un momento propicio para recordar el emotivo evento del izamiento de la bandera en la histórica Fortaleza de Santo Domingo el mismo día que se cumplieron los cien años de la salida de los norteamericanos marcando el fin de su intervención en nuestra nación.
Este acto se celebró el pasado 12 de julio de 2024. Este acto de izamiento de bandera en la Fortaleza de Santo Domingo que se realizó en conmemoración del centenario de la salida de las tropas norteamericanas fue coordinado por la Arq. Ana Cristina Martínez Directora de la Fortaleza de Santo Domingo, y participaron diversas personalidades, incluyendo a Gamal Michelen Vice Ministro de Cultura, Carlos Andújar, Director general de museos, Wilson Gómez, presidente del Instituto Duartiano, el Sr. Juan Alberto Michell representando al Sr. Juan Pablo Uribe de la Comisión Permanente de Efémerides Patrias, el coronel Sócrates Suazo historiador de las Fuerzas Armadas entre otros.
Durante la ceremonia, que se inició con el himno nacional interpretado magistralmente por el tenor Pedro Pablo Reyes. También tuvo lugar a una reflexión patriótica sobre este acontecimiento con respecto al significado de la soberanía y la libertad.
En este contexto, el 12 de julio 2024 marcó un hito significativo al recordar el centenario de la salida de la intervención norteamericana, un momento que revivió nuestra memoria colectiva y ratificó el compromiso nacional con los valores que nos definen como pueblo, conmemorándose no solo una etapa crucial de nuestra historia, sino también la resiliencia del pueblo dominicano.
Este acto simbólico, que reunió a autoridades locales, dignatarios y ciudadanos, representó un tributo a los valores de libertad y soberanía que han moldeado nuestra identidad nacional.
La Fortaleza, con su rica historia y arquitectura monumental, se erige como un recordatorio de las luchas y sacrificios de quienes defendieron nuestra independencia a lo largo de los años.
La intervención extranjera dejó una huella profunda en nuestra nación, pero también encendió un fervor patriótico que perdura hasta el día de hoy.
Izar nuestra bandera en este emblemático lugar no solo fue un acto de celebración, sino también un llamado a la unidad y a la construcción de un futuro basado en el respeto mutuo y la autodeterminación.
Celebramos, así, no solo la memoria de los que lucharon, sino también el compromiso de las nuevas generaciones de seguir construyendo una nación libre y soberana.
Este acto constituye una invitación a todos los dominicanos a seguir honrando nuestra historia y, sobre todo, a trabajar juntos por un gran futuro , donde el amor por nuestra patria y el respeto por la libertad sean los pilares de nuestra convivencia.