El pasado 3 de septiembre se presentó en El Museo de Arte Moderno de Santo Domingo (MAM) una proyección privada del documental titulado «Vela Zanetti en Dominicana: Una historia de resiliencia y amor al muralismo» bajo la dirección del realizador audiovisual Manuel Aurelio Rodríguez Vidal.
Al finalizar dicha presentación pudimos entrevistar al realizador audiovisual Manuel Aurelio Vidal quien nos compartió su visión sobre la importancia del muralismo en la República Dominicana, enfocándose especialmente en la figura de Vela Zanetti.
Con más de 20 años de experiencia en el ámbito audiovisual, Vidal ha dedicado su carrera a explorar temas de memoria y cultura, y su perspectiva sobre Zanetti revela tanto un aprecio por su trabajo como una crítica a la forma en que la sociedad ha tratado su legado.
Durante la conversación, Vidal expresó que, a pesar de los desafíos relacionados con la restauración de murales, la comunidad no ha olvidado la relevancia de la obra de Zanetti. Sin embargo, lamentó que muchos de los murales, producto de su prolífica etapa en el país, se encuentran en un estado de deterioro alarmante. “Las restauraciones que se han realizado han sido bastante desafortunadas y hay muchos murales que siguen siendo maltratados”, indicó, aludiendo a los aproximadamente 50 murales que sobrevivieron desde la llegada del artista tras la Guerra Civil Española.
La contribución de Vela Zanetti al muralismo dominicano se enmarca en un periodo significativo de la historia del país. Según Vidal, el muralismo fue un vehículo para que los dominicanos se vieran representados gráficamente y para que, a través de esta representación, se reflejara la realidad social. “El muralismo se convirtió en un espejo que mostró la realidad social del país”, afirmó. Esta realidad fue capturada por Zanetti, quien, a pesar de las adversidades vistas durante su exilio, optó por desarrollar su arte lejos de la nostalgia y el victimismo. Su enfoque resiliente le permitió plasmar en sus murales una diversidad cultural que abarcaba todas las razas presentes en la sociedad dominicana, un aspecto innovador para su tiempo.
Vidal también profundizó en la evolución del estilo artístico de Zanetti, señalando que su clímax creativo se dio en los primeros 20 años de su carrera en el país. La paleta de colores de sus obras evolucionó con el tiempo, reflejando no solo su desarrollo artístico, sino también su percepción de la realidad dominicana. “Las figuras en sus murales se volvieron más sombrías”, mencionó, sugiriendo un giro hacia un enfoque más reflexivo que podría estar ligado a los cambios sociales que vivió el país.
El realizador audiovisual considera crucial continuar promoviendo el diálogo en torno al legado de Zanetti. Reconoce que el tiempo actúa como el mejor crítico del arte, y que, a medida que la sociedad comprende mejor la importancia de su trabajo, se fortalece la memoria colectiva del país. Para Vidal, la clave está en no solo conservar las obras de este gran muralista, sino también en explorar y comprender el trasfondo cultural que estas representan.
A través de sus reflexiones, Manuel Aurelio Vidal no solo destaca la figura de Vela Zanetti, sino que también invita a la sociedad a tomar un papel activo en la preservación de su patrimonio cultural, recordando que la memoria colectiva es un reflejo de quienes somos y cómo nos vemos a nosotros mismos como dominicanos. En un mundo donde el arte puede ser efímero, la voz de aquellos como Vidal se vuelve fundamental para asegurar que las obras de maestros como Zanetti sigan siendo un testimonio de nuestra historia y evolución cultural.